Por Eduardo Portas @EduPortas
El regreso del partido hegemónico al poder presidencial ha resucitado al “dedazo”, al “tapado” y la “caballada”. No hay comida, sobremesa o plática informal en donde no se platique por estos días sobre el candidato que representará al PRI en la elección presidencial del 2018. Pero a diferencia del pasado, las reglas a seguir en la selección de ese candidato ya no dependen de un solo hombre, sino de una serie de consideraciones en donde las redes sociales, y Twitter en particular, marcan una clara diferencia con la vieja tradición del monolítico dinosaurio.
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