Reporte 2020 | ¿Cuánto Gasta la 4T en sus Redes Sociales?

Quince Secretarías analizadas no gastaron un solo peso en promoción digital en 2019.

Por @EduPortas

29 de julio del 2020, México.- La austeridad republicana llegó a los canales digitales de la 4T. El gobierno de Andrés Manuel López Obrador gasta mucho menos en redes sociales que la administración previa de Enrique Peña Nieto. De hecho, su gasto es prácticamente nulo.

En el barrido que realizamos a un total de 27 entidades gubernamentales y autónomas relevantes que reciben dinero público se constató que desde la entrada de la administración 2018-2024 una buena parte de las principales instituciones federales o nacionales del país erogan menos en redes y propaganda digital con respecto al sexenio anterior previo.

Pero, sobre todo, destacó que las quince Secretarías seleccionadas en nuestra muestra y que dependen directamente del Ejecutivo no gastan un solo peso en promoción digital, de acuerdo con documentos entregados por el sistema nacional de transparencia.

CapitalSocial Investigaciones ha realizado este reporte digital desde el 2013, cuando se le preguntó por primera vez al Gobierno federal sobre sus gastos en Twitter, Facebook, YouTube y otras plataformas. A la fecha, además, seguimos siendo el único medio mexicano especializado en este tipo de investigaciones.

[Leer: ¿Cuánto gastó el Gobierno de México en sus redes sociales en 2018?]

[Leer: ¿Cuánto gastó el Gobierno de México en sus redes sociales en 2017?]

[Leer: ¿Cuánto gastó el Gobierno de México en sus redes sociales en 2016?]

[Leer: ¿Cuánto gastó el Gobierno de México en sus redes sociales en 2015?]

[Leer: ¿Cuánto gastó el Gobierno de México en sus redes sociales en 2014?]

[Leer: ¿Cuánto gastó el Gobierno de México en sus redes sociales en 2013?]

A lo largo de nuestros seis reportes previos hemos visto gastos que, cuando menos, levantaron algunas cejas: en 2018, por ejemplo, la Semarnat erogó casi un millón de pesos en Tinder; en 2017, la SEP gastó nada menos que 14 millones en su propaganda digital y otros 22 millones el año previo para promocionar su ahora desaparecida Reforma Educativa; en 2016, por mencionar otro ejemplo, la Secretaría del Trabajo y Previsión Social usó 15 millones de pesos para difundir sus programas. Uno más: en 2013, Pemex gastó un millón 610 mil pesos para convencer a los consumidores de YouTube, es decir, prácticamente todo México, de los beneficios de la ahora cuestionada Reforma Energética. 

Eso ha cambiado radicalmente. Al menos en aquellas dependencias que rinden cuentas directas al Presidente López Obrador, el cinturón se apretó al máximo. Es claro que el Gobierno federal confía en el crecimiento orgánico de sus canales digitales, así como de los evangelizadores influyentes de la 4T, los cuales concentran redes extensas en prácticamente cualquier plataforma conocida, pero con particular fuerza en Twitter, Facebook, YouTube, Instagram y los principales foros y espacios de discusión de diarios en internet. Ese es el campo de batalla en donde todos los días se enfrentan a otros grupos claramente opuestos, con poca posibilidad de diálogo racional y civilizado entre ambos. Esa es la naturaleza de las redes a mediados del 2020: no convence el que tiene mejores argumentos, sino el que martilla más fuerte el mismo mismo mismo mismo mismo mensaje.

Todos los datos y documentos se encuentran en las ligas que acompañan este texto, por si alguien desea comprobar nuestras afirmaciones. De paso, el lector encontrará que siempre fuimos críticos con la gestión comunicativa del gobierno de Peña Nieto. En síntesis: dijimos que fue una administración distante, con mensajes lejanos a la realidad cotidiana, lo que el grupo anti-neoliberal usó para llegar en 2018 a la Presidencia. 

¿Qué hemos aprendido de la 4T en materia discursiva en este tiempo? 

1) El peso comunicativo de todo el sexenio recae sobre el presidente López Obrador, el cual lleva sobre sus hombros la suerte entera de toda la Administración frente a la opinión pública. 

2) Por ende, no existen actores relevantes de la 4T que compitan con su protagonismo. 

3) Tampoco existe un bloque opositor claro que le haga competencia, solo críticos aislados. Políticamente, nadie. 

4) El Covid y sus consecuencias socioeconómicas provocaron tal golpe en la administración que adelantaron todas las baterías para la elección del 2021, notablemente el caso Lozoya, el cual pretende tirar por completo la Reforma Energética de Peña, el único vestigio notable de su sexenio.

5) El uso de símbolos sigue siendo el fuerte del lopezobradorismo. En ese grupo se incluyen lenguaje y artefactos asequibles para las mayorías, como el avión que usaba Peña Nieto que se pretende vender o rematar o intercambiar o meter a una tómbola. 

¿Y todo esto qué tiene que ver con las redes sociales y plataformas digitales? 

Básicamente, son el único contrapeso opinativo que tiene la 4T frente a los medios tradicionales electrónicos e impresos que no comulgan con su visión de México. Los medios tradicionales siguen teniendo bastante fuerza en México, pero las redes y la digitalización funcionan como buque rompehielos para desmontar el argumento de los críticos más feroces de AMLO, los cuales (y en eso AMLO sí tiene razón) ocupan puestos clave en la esfera mediática mexicana. 

El esquema se ha visto con claridad desde que apareció el Covid: dos conferencias en cadena nacional separadas por 12 horas (AMLO y López-Gatell) en donde el material que arrojan ambas se discute pasionalmente en las redes, no así en los medios tradicionales. Ahí solo llega lo que se considera importante. 

La importancia de las redes es tal que existe una herramienta en México que mide el estado de ánimo de los tuiteros nacionales. La plataforma fue desarrollada por el INEGI durante el peñato y sigue siendo relevante al día de hoy porque arroja un dato inobjetable: el ciudadano digital estaba más contento hace unos años que ahora. Más allá de los bots, que también existían en la administración pasada, por cierto, el estado de ánimo nacional ha disminuido de cuatro años a la fecha y de manera lenta, pero segura, desde el comienzo de esta administración. La gráfica lo refleja con claridad: a la izquierda comienza enero 2016 y a la derecha aparece julio del 2020.

Captura de pantalla 2020-07-29 a la(s) 21.21.05

Sabemos que Twitter no representa todo el panorama de la opinión pública nacional, pero tal vez sí el más crítico. Sin duda el mejor informado. Los símbolos de la 4T rebotan en la pantalla tuitera y a veces pegan, a veces no. Pero el catalogo de signos y símbolos es amplio: palabras, fotografías, videos, canciones, memes, links, solo por mencionar algunos. 

Como un gusano barrenador, estas ideas se filtran en la consciencia de las personas, quienes a su vez la extienden y viralizan. De ahí que, a diferencia del sexenio anterior, las cuentas de los principales funcionarios de la administración tengan una presencia humana y horizontal, justo lo que hemos repetido en este espacio durante los últimos diez años. Son alfiles que no pueden quedarse callados, como sucedió con EPN. El peligro, claro, es polarizar a todos aquellos que no están de acuerdo con el discurso emitido, pero esa es la narrativa de este sexenio: o todo o nada. 

Desafortunadamente, las instituciones no han cambiado su tono con respecto al uso de sus redes sociales y plataformas. Su esencia es netamente propagandística, lo que desvirtúa el propósito expreso de estas herramientas, léase, hablar como seres humanos con otros seres humanos. 

Si bien el presupuesto dedicado a las redes y lo digital aún está muy lejos del gasto propagandístico de los medios tradicionales aún existe el mismo problema de antes: para un ciudadano promedio, es imposible conocer el alcance, éxito o fracaso de una campaña gubernamental o institucional que se realiza de manera digital. Ese mecanismo no existe, como sí lo hay para monitorear lo que los candidatos e instituciones realizan en medios impresos y electrónicos tradicionales. 

CapitalSocial Investigaciones insiste en la necesidad de transparentar el gasto y las métricas de las campañas propagandísticas institucionales que reciben dinero público. Ignorar este tema es firmar un cheque ideológico en blanco que carece de cualquier propósito, dada la impermanencia de los bits de los bits. 

No se trata de erradicar el gasto en estas herramientas, sino saberlo utilizar.

Principales hallazgos 

Los datos que se muestran a continuación corresponden a todo el 2019 y el último mes del 2018, es decir, el primer año de gobierno de AMLO. La información se pidió a través de la plataforma Infomex (ver metodología más abajo). Además de las Secretarías del gobierno en turno, se pidió el prepuesto de gasto en redes y plataformas de otros organismos públicos del Estado. El propósito de dicha acción fue obtener un panorama más balanceado y conocer la profundidad de la austeridad oficial.

Los que declararon no gastar en redes o plataformas digitales en diciembre 2018 y/o el año natural 2019

Los que sí gastaron en redes o plataformas digitales en diciembre 2018 y/o el año natural 2019

Organismos públicos o Poderes: Comisión Federal de Electricidad, Instituto Mexicano de la Juventud, Pemex, Presidencia de la República, Suprema Corte de Justicia de la Nación, Senado de la República.

Secretarías federales: Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural, Secretaría del Bienestar, Secretaría de Cultura, Secretaría de Desarrollo Agrario, Territorial y Urbano, Secretaría de Economía, Secretaría de Energía, Secretaría de Educación Pública, Secretaría de la Función Pública, Secretaría de Hacienda y Crédito Público, Secretaría de Gobernación, Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales, Secretaría de Salud, Secretaría del Trabajo y Previsión Social, Secretaría de Turismo.

 

Organismos públicos o Poderes: Comisión Federal de Competencia (199 mil 447 pesos en total divididos en YouTube y Facebook); Banxico (un millón 482 mil pesos en total divididos en YouTube, Facebook, Twitter, Google y Google Maps), Cámara de Diputados (30 mil pesos en Facebook), INEGI (4 millones 580 mil pesos en total dividos en Facebook, Instagram, Google Ads, YouTube y Twitter)

*INE: No ofreció detalle de su gasto, pues no existe un clasificador ligado a redes sociales o plataformas digitales. Contestaron que en Difusión de Mensajes sobre Programas y Actividades Institucionales ejercicieron 54 millones 192 mil pesos en 2019.

Documentos entregados por la plataforma Infomex en donde se afirma que se ejerció algún gasto propagandístico en redes sociales o plataformas digitales a partir de la solicitud realizada en el periodo diciembre 2018 y todo el 2019. 

Banxico_2019

Cofece_2019

Diputados_2019

INE_2019

Inegi_2019

Metodología

A principios del 2020 se solicitó la siguiente información a las 27 dependencias federales anteriormente mencionadas. A diferencia de los informes previos, se pidió la información del 1 de diciembre del 2018 al 31 de diciembre del 2019, es decir, el primer año del gobierno de López Obrador.

La pregunta fue la misma para todos los órganos públicos:

Único. Monto total en moneda nacional erogado entre el 1 de diciembre de 2018 y el 31 de diciembre del 2019 en el uso oficial de promoción de actividades, programas, informes o cualquier otro concepto a través de las siguientes plataformas: Google, YouTube, Facebook, Twitter, Instagram, u otra red social no especificada en este punto. Se solicita el desglose por cada red social o plataforma.

Todos los derechos reservados. CapitalSocial México 2020. Si desea reproducir parte o la totalidad de este artículo, favor de contactar al autor.

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EduPortas

Historiador y periodista. Doy clases en la Ibero y la Anáhuac. Me gustan los peces.

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